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Alguien dijo por ahí que, al ser la pandemia una experiencia global, «todas las personas estamos en el mismo barco», no obstante, abundaron las sensatas respuestas en las líneas de «No, no es así. Todos estamos en el mismo océano embravecido, pero algunas personas están en yate, otras en lancha y otras a nado».
El desafío de ser sensible a la vastísima interseccionalidad que nos atraviesa en este panorama sombrío y en una América Latina tan diversa y heterogénea, me supera. Mencionaré cómo la pandemia nos impacta a las mujeres. Me referiré a algunos elementos, con la esperanza de que, como comunidad, podamos continuar esta conversación, para apoyarnos mutuamente en la comprensión del daño que nos impacta.
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