«Esta es una era mediática e interconectada sin precedentes. Es como si todos y todas fuéramos espectadores. No. No somos espectadores. Somos testigos. Eso conlleva un compromiso. Atestiguar compasivamente no implica únicamente abstenernos de los vicios que conlleva la era tecnológica del nuevo milenio. Implica una acción comprometida, transformadora, no violenta pero sí valiente y coherente.»
Durante las últimas dos semanas, quise dedicarme a hablar sobre el concepto de «Atestiguar Compasivamente»: esta decisión de observar y actuar sobre nuestra realidad para transformar y no exacerbar la violencia. Había pensado en hacerlo en tres partes: la primera sobre la relación compasiva con uno mismo (que no, no es lo mismo que la autocompasión). Segundo, la escucha activa, el atestiguar compasivamente sin resolverle los problemas a las personas (que no, no es pasividad). Hoy quería hablar sobre cómo hacemos esto desde nuestra participación cívica y comunitaria. Cómo observamos la violencia y nos hacemos partícipes como ciudadanos, pero sin incurrir en violencia nosotros mismos. Creo que más que una afirmación, es una pregunta.
Y entonces el fin de semana pasado trascendió lo que se está viviendo en Nicaragua. Mi mamá es de Estelí. Hemos pasado al pendiente de las noticias y muy consternadas.
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