Escribí esta carta unos cuantos días después de la insurrección en el Capitolio de Estados Unidos del 6 de enero del 2021. Lo envié a algunas amistades cristianas, quienes fueron muy gentiles de revisarla y compartir conmigo sus pensamientos. Coincidentemente, al día siguiente de mi primera redacción de esta carta, un candidato cristiano ultra conservador comunicó a los medios nacionales sus intenciones presidenciales para las elecciones costarricenses del 2022. He decidido publicar aquí esta versión revisada de mi carta, con la convicción de que, más allá de nuestras diferencias sobre fe, política y rutas hacia la justicia, tenemos un mismo compromiso prioritario para con nuestra humanidad común. Todos y todas somos de los mismos.
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