Este año voy a arriesgarme un poco más a creer en este trabajo. El momento histórico y político que atravesamos es abrumador y se me hace claro lo limitada que es nuestra posibilidad para impactar los grandes problemas que atraviesa la humanidad. Cuando Carl Sagan hablaba de esa minúscula mota azul, se me hace difícil no hundirme en ese sobrecogedor sentimiento de insignificancia. Creo en buscar entender la realidad con la valentía de mirarla a los ojos por lo que ella es, aunque ella tenga el rostro de malas noticias. Ahí es donde tuve que sacudirme… ¿a quién le sirve el dejarme arrastrar por la corriente de este río de «realismo»?
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