Un episodio editorial sobre tomar riesgos e intentar hacer cosas diferentes. Basado en la reflexión de Theodore Roosevelt «El hombre en la arena», arriesgarnos a fallar, arriesgarnos a aprender:
«La muerte es una presencia constante para nosotros. Siempre se está anunciando tras bastidores. En las noticias, en las historias que oímos sobre las vidas de otros. En nuestras preocupaciones por nuestra propia salud. La muerte se burla de todo lo que pasamos haciendo en nuestra vida. Porque ninguno de nosotros sabe cuánto tiempo estaremos aquí. Y tomar ese hecho en serio nos da una claridad moral y energía hacia el presente. Y puede ayudarnos a tomar la determinación de no sufrir por cosas tontas. Tenemos este momento de la vida, este momento hermoso, este momento en el que nuestra conciencia es nítida, no está borrosa por la morfina de un hospital en nuestro último día entre los vivos. Esta es su vida, la única que tiene y nunca tendrá este momento otra vez. Y usted no sabe cuántos más tendrá. Usted tuvo mil oportunidades para decirle a esas personas más cercanas a usted, que las amaba. En una forma en la que lo sintieran. En una forma en la que usted lo sintiera. Y usted se ha perdido de la mayoría. Sin importan cuantas veces haga algo, inevitablemente llegará el día en el que lo haga por la última vez. Usted tiene esta única oportunidad de enamorarse de la existencia. Así que ¿por qué no relajarse y disfrutar de la vida? Esto es un juego y no podemos ver el reloj, pero somos libres de hacer el juego tan interesante como queramos. Hasta podemos cambiar las reglas. Podemos descubrir juegos nuevos, que nadie ha pensado aún. Podemos literalmente hacer una nave espacial a Marte e iniciar una colonia allá. Pero sea lo que sea que haga, por ordinario que parezca, usted puede sentir lo preciosa que es la vida. Y una conciencia de la muerte es la puerta a esa forma de ser en el mundo.» (Sam Harris sobre la muerte).